Hasta la mitad del siglo XVIII, se desconocía muy poco de la cultura maya, los arqueólogos han encontrado restos y han sabido conocer el contenido de las inscripciones, que han proporcionado información sobre los gobernantes, su civilización, realización artística, su forma de gobierno, sus ceremonias, creencias y conocimientos astronómicos. Y en el XIX, comenzaron los estudios, las primeras impresiones, aumentaron las esperanzas de llegar a los plenos conocimientos de lo que el tiempo ha mantenido oculto.
La vegetación selvática de rápido desarrollo, oculto sus antiguos templos y construcciones, y en la invasión española los sacerdotes quemaron o destruyeron sus libros y sus ídolos. Cuando Alfred Maudslay un investigador ingles, que se dedicaba a estudias las inscripciones de las antiguas piedras, creía que tan avanzado estado de cultura, podía haber tenido alguna influencia cultural de Egipto, Roma o Grecia, más ningún indicio encontró, por lo que decidieron que las raíces culturales eran exclusivas del continente americano. Más tarde creyeron percibir que había influencias hindúes en sus tallas en piedra y que existían elefantes en sus diseños.
La creencia populares imaginaron que eran países de pacíficos cultivadores, que Vivian en tranquila armonía, las observaciones dieron a conocer que los mayas, si crearon una sociedades más antiguas del mundo, que construyeron monumentales edificios y pirámides destinadas a palacios y templos dirigidos por expertos astrónomos que calcularon con gran precisión los ciclos lunares, y de los planetas.
Quedan muchos secretos por describir, como fueron capaces de construir tan grandes reinos, y conocer todas sus ciudades, y sus soberanos. La tecnología ayuda, por ello existe la esperanza de que el porvenir nos ofrezca la ofrenda de sus misterios ocultos.
Uno de los primeros códigos descifrados, fue la estela de Tikal, descubierto y descifrado en 1960, una época en que la traducción de textos mayas era todavía incipiente. El a nombre del guerrero era Rana Humeante.
La última fecha registrada anotada por un escriba maya fue la de 18 de enero del 909, una mirada al pasado de una portentosa civilización, encerrada en el olvido de los misterios ocultos de las selvas cerradas, que se nos van transmitiendo por los códices, y los grifos encontrados y desentrañados. Se atribuye que la civilización clásica maya, debió sufrir un ciclo de grandes guerras, prolongadas sequías o epidemias mortíferas.
Se ha conocido que los mayas agricultores, tenían periodos apacibles de dulce bienestar, más los sacerdotes les implicaban en acciones bélicas, coincidiendo con las influencias astronómicas, provocando batallas con una dimensión sagrada, y también implicadas en la economía, para obtener tributos de los vencidos, y aumentar el poder real, el gobernante de las ciudades estados, encabezaba las batallas dirigiendo a sus nobles que comandaban miles de guerreros pintados sus cuerpos con sus colores de guerra el rojo y el negro, más que matar en batalla interesaba la captura de los jefes del contrario, para llevarlos a los templos y ofrecer sus cuerpos como ofrenda a los dioses.
Cuando llegó Colón y sus mercenarios a Mesoamérica, llevaron a los pocos mayas sobrevivientes de los enfrentamientos a la muerte bajo los trabajos sin descanso, y las enfermedades europeas sobre las que no tenían sus organismos defensas. Fueron desposeídos de sus tierras y obligados a trabajar en ellas convertidos en esclavos siendo recogida la producción por sus explotadores.
Florián: 
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