07 enero 2010

LAS HIERBAS PARA USO MEDICINAL.

Farmacéuticos árabes preparando medicamentos con las formulas de Dioscórides



Autor Florián, nacido en Messidor.

Entre las mezclas más conocidas en épocas antiguas figura la triaca, un preparado compuesto por ingredientes distintos (en ocasiones más de 70) de origen vegetal, mineral o animal, incluyendo opio y en ocasiones extraños añadidos como carne de sapos y culebras. Se utilizaba desde el siglo III a.C. como antídoto contra envenenamientos, mordeduras de perros rabiosos y otros animales, posteriormente se utilizó también como medicamento contra numerosas enfermedades, siendo considerado con una exagerada virtud de panacea universal. Se popularizó en la Edad Media, y duro hasta el siglo XIX, durante más de mil quinientos años, con variaciones de formulación particular, muchos desaprensivos charlatanes de feria, exageraban sus virtudes, incorporando inútiles componentes para obtener beneficios con el engaño. Lo incorporaba la farmacopea con variaciones en su formulación, hasta que perdió auge en el siglo XIX .Hoy estaría prohibido

Tradicionalmente, las plantas medicinales sirvieron como remedios para aliviar síntomas o tratar enfermedades, con resultados dispares. Debido a su actividad farmacológica, actuaban directamente sobre el organismo, produciendo cambios significativos en su funcionamiento. En este sentido, estas plantas son fármacos, con capacidad de operar alternativamente, como remedios o venenos, dependiendo de las dosis, la vía de administración, la idoneidad de prescripción y la constitución fisiológica del enfermo.

En el siglo XIX, la ciencia farmacológica aisló los principios activos de las especies vegetales, hasta entonces, las limitaciones intrínsecas de las fórmulas vegetales habían impedido la titulación de valores óptimos para dosis activa mínima, margen de seguridad de la sustancia, y dosis letal media. En este sentido, se veían incrementados los riesgos de sobredosis agudas o intoxicación accidental o reacciones adversas imprevistas, por causa de alguno de los numerosos compuestos presentes en los preparados naturales.

En la actualidad, persiste la predilección en regiones como Hispanoamérica por las formulas vegetales. Los estudios sistemáticos han establecido de manera concluyente que las hierbas medicinales administradas con fines terapéuticos, el perfil de eficacia y seguridad es menos ventajoso ya que las dosis son menos precisas.

La prolongada tradición de uso de productos de origen vegetal en medicina y la reacción contemporánea contra los fármacos sintéticos han llevado a un resurgimiento por la creencia de un aura de salubridad en la "medicina natural". En algunos casos, los productos farmacéuticos modernos se obtienen de las plantas medicinales; en otros casos, se aísla el principio activo, y éste se sintetiza luego de manera artificial. La investigación de las propiedades medicinales de una planta es una labor compleja, que abarca desde los informes antropológicos hasta el análisis de laboratorio de químicos y médicos.

Los enfermos nunca deberán auto diagnosticarse ni auto recetarse, debe tener antes un diagnostico médico y si le recetan diga que prefiere hierbas medicinales. Si las estuviera tomando, deberá informar a su doctor.

Un gran recopilador de los beneficios de las plantas, fue Pedanio Dioscórides Anazarbeo (Nacido en Asia Menor en el año 40 de nuestra era, vivió hasta el 90) fue médico, que inició la farmacologia botanica, en Grecia, y marcho a Roma donde ejerció la medicina época del Emperador Nerón. Según su propio testimonio que figura en la carta que sirve de prólogo de su Publicación “De Materia Médica”, fue cirujano militar en el ejército romano, por lo que tuvo la oportunidad de viajar en busca de sustancias medicinales por todo el mundo del Imperio Romano.

Dioscórides, describe en su obra De Materia Medica, medio millar de plantas y animales medicinales, con las indicaciones terapéuticas, en un libro que fue el elemento de referencia básico para la enseñanza de la medicina, alcanzó una amplia difusión y se convirtió en el principal manual de consulta durante la Edad Media y el Renacimiento, su obra fue estudiada durante 1600 años. Describió con detalle las propiedades curativas de las plantas utilizadas individualmente, lo que se conocía como “simples”, para diferenciarlas de las formulaciones complejas (con varias plantas), que se utilizaron con profusión en tiempos posteriores.

Los árabes desarrollaron un sistema de medicina muy completo, que recogía las tradiciones greco-romanas y orientales. El desarrollo de este formulario, conocido como “inani tibb”, se llevó a cabo en Mesopotamia (Baghdad, Damasco) que en el siglo IX se había convertido en una encrucijada de culturas. En el desarrollo del mismo y particularmente en la incorporación de numerosas especies de plantas medicinales intervinieron notables médicos y botánicos arábigo-andaluces (Ibn Wafid, El Gafiki, Ibn Beithar) o judíos sefardíes (Maimónides), especialmente entre los siglos XI y XIII.

El tratado más completo de plantas medicinales de este sistema de medicina sigue siendo la obra del malagueño Ibn Beithar, escrita en el siglo XIII. Durante la Edad Media, Las especias y las hierbas aromáticas (jengibre, pimienta, clavo, albahaca, hierba de sándalo, hierbabuena, pétalos de rosa) se utilizaban con fines curativos.

En el Renacimiento y la era de los descubrimientos, Nicolás Monardes se dedicó a recopilar toda la información que llegaba a Sevilla sobre plantas útiles y medicinales, disponiendo de un pequeño jardín botánico donde cultivaba algunas de estas especies. Sus obras fueron traducidas casi inmediatamente a las lenguas europeas.

La Universidad de Salamanca, tiene una pagina en Internet con un facsimil del manuscrito de Dioscorides sobre las plantas, podéis visitarlo: dioscorides.usal.es







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