En la plaza, enorme plaza se encuentra un gran edificio, enorme e impresionante: es el Ayuntamiento de la ciudad.
Un inesperado certamen se estaba celebrando un día de Agosto, el tibio clima permitía estar a pleno sol, sin que perturbara el gratificante espectáculo de ver la Exposición de vehículos antiguos.
Los concursantes propietarios de tales joyas, iban ataviados de conductores de la época y para los caballeros un sombrero era el complemento adecuado .
La belleza del modelo va unido a su practica utilidad, con magnifica capacidad para el equipaje, con el cual en la época se hubieran recorrido grandes distancias, hoy como reliquias del pasado, se exponen temporalmente para exponer el gran pasado de su esplendor.
La Plaza Maria Pita, que se aprecia en las fotografías, parece que recobrara los tiempos pasados y mirara con nostalgia la belleza de los vehículos que antes pasaban a menudo por su empedrado, hoy los coches son sofisticados, más por su cantidad su vida se convierte en efímera.
Casi todos los de época son importados, España entro tarde en esta fabricación, solo Cataluña tuvo una producción pequeña, aunque de buena estampa y calidad con el Hispano-Suiza.
En aquella época los ciudadanos tenían temor de los accidentes que podrían ocurrir a la velocidad de vorágine a 50 Kilómetros por hora.
Cuando los espectadores del Certamen contemplaban los vehículos en exposición, el ritmo de unos tambores llamó la atención del público. Y se sorprendieron porque eran soldados de la época romana. Mejor dicho jóvenes vestidos a aquella usanza, todo un lujo para los sorprendidos espectadores que aplaudimos tal presencia.
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