A la entrada de la ciudad, una monumental estatua de un bello animal de terrible potencia, te anuncia que has llegado a Tordesillas. Esta ciudad esta envuelta en disputas en torno a su fiesta, donde un animal bravo, criado para festivales taurinos, es acosado en el valle por cientos de mozos que a caballo persiguen al animal, lo cercan, lo alancean para debilitarlo y por ultimo el designado para darle muerte, arremete para sacrificarlo.
El dilema enfrenta a los defensores de los animales, contra quienes defienden las costumbres festivas heredadas del medioevo. Sin duda por las imágenes que se han visto en los medios, existe crueldad contra el animal.
En principio el que existiera una costumbre medieval, no autoriza a que se continúen haciendo, al igual que en el tiempo había el derecho de pernada, hoy los mozos castellanos, impedirían que el “noble” hiciera tal desmán. Otro caso seria el de los condenados a la horca o a la hoguera que se ejecutaban en la plaza con asistencia del vecindario y regocijo del pueblo, hoy esto nos espantaría. Nuestros antecesores fueron seres humanos crueles con las personas, también con los animales, más hoy vivimos en una sociedad con mayor sensibilidad hacia la Naturaleza, lo que ofrece como resultado que todos se enfrentan a esta costumbre, todos… menos los mozos de Tordesillas.
En la imagen junto a las patas traseras del animal, aparece un stop, como si fuera un aviso, de una orden o imposición que un día puede llegar para cambiar tal costumbre por otra donde no se haga sufrir a un animal. En verdad que quitarle la vida por divertimento y de manera tan cruel no parece adecuado a una ciudad llena de cultura, estamos en Castilla gente de elevada formación, defensores de derechos, inteligentes y reflexivos por lo que un día renunciaran a esta costumbre que no contiene valores históricos positivos. Da la impresión es que les molesta que de fuera vayan a imponerles condiciones, porque su grandeza también pudiera ser que encierra una parte de rebeldía y no quieren escuchar imposiciones del extraño.
Tordesillas es conocida por sus grandes monumentos, por el Monasterio donde estuvo alojada una Reina enferma, por los tratados con Portugal que nos concedieron a Castilla el predominio de las tierras descubiertas en el Nuevo Mundo, sus procesiones en Semana Santa, el precioso edificio y contenido del Museo de San Antolin y su Mercado Medieval, posesiones estás para estar satisfechos los tordesillanos y ser la admiración de cuantos visitan la ciudad. Si pudieran evitar esta cuestión, seria una muestra más de su grandeza.
Florián
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