LAS CHIMENEAS INDUSTRIALES
Con la Revolución Industrial hacen su aparición la grandes fábricas, vinculadas a la máquina de vapor, que con poleas y correas de transmisión enviaban la potencia capaz de hacer funcionar maquinas. Había empresas que precisaban una gran cantidad de energía calorífica, como las fábricas de ladrillo y cerámicas, las empresas químicas y de tejidos donde se utilizaban maquinas que funcionaban con vapor producido por agua hirviendo mediante el calor de la combustión del carbón.
Su fin era evacuar los humos o gases generados por los hornos de fábricas. Cuanto más altas la tirada de gases era mas efectiva con mayor altura además facilitaba que los humos y gases expulsados no pudieran llegar a afectar a la salubridad de los trabajadores y a la población. Siendo normal entre los 25 y 30 metros. Las chimeneas admitían distintos diseños, pero en general son columnas que ascienden desde una potente base que va reduciendo su diámetro conforme asciende, el material utilizado es ladrillo cerámico, que resiste temperaturas entre los 200 y 300 grados centígrados. La argamasa utilizada para unir los ladrillos se obtenía de la combinación de la arena con cal y cemento. Los técnicos realizaban cálculos que se determinaban con la altura y la sección, en función de los tipos de caldera u horno.
En las ciudades industriales, las altas chimeneas de ladrillo, están en ocasiones envueltas entre modernas construcciones en terrenos que fueron industriales fuera del núcleo urbano. Son símbolos históricos de pasadas riquezas, de poder económico e industrial de finales del siglo XIX y principios del XX. A su arquitectura se las concede un valor decorativo relacionado con el prestigio del empresario.
En Valencia, los edificios industriales del pasado pueden ofrecer valores arquitectónicos que aconsejan su conservación por ser Patrimonio
Histórico, portadoras de valores culturales, que deben estar incluidas de modo inseparable con la ciudad, como un recuerdo vivo de ayer, convertida en recursos económicos mediante la atracción turística, es decir su conversión en valor de cambio.
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