16 enero 2010

ADAGIOS, Genius Malus

Erasmo era como un descubridor que navega por las inmensas bibliotecas medievales y rescata del olvido a los grandes pensadores de la antigua Roma y Grecia. Sus hallazgos van conformando una obra donde destaca sus pensamientos sobre el luteranismo, el catolicismo guerrero de los Papas, su condena de los nacionalismos y sobre la pobreza de los humildes frente a las riquezas de la Iglesia de entonces. Fue famoso y muy leído en su tiempo, luego durante los siglos XVII al XIX nada por su inclusión de sus libros en el Índice de Paulo IV.

Cabe destacar de su obra ADAGIOS, recopilación de 1536 dichos o proverbios que redacto con eruditas explicaciones y citas de las frases en la literatura clásica, Aristóteles, Zenódoto, Ateneo y Platón. Para Erasmo un adagio es un dicho conocido que se distingue por cierta ingeniosa originalidad.

Del adagio Geniu Malus (Genio maligno) escribe:
Con este término designamos a ciertas personas a quienes atribuimos la parte principal de nuestras desgracias y así se dice todavía hoy en lenguaje corriente. Hay ciertamente unas concretas personas de tan nefasta influencia sobre éste o aquel otro que con razón podría parecer que están en el mundo para su mala suerte y causarles daño.
Por otra parte el proverbio parece como extraído de la opinión de los antiguos que atribuyen a cada persona dos genios, a los que llaman δαίμονες (daimones); y no sólo los atribuyen a los hombres sino también a los lugares y edificios. De los dos genios uno trama nuestra ruina y el otro desea ayudarnos.
Hoy, inicios del siglo XXI nacido de las ruinas de las ideologías y de las creencias, han renacido estos genios malignos como explicación de todas las barbaridades que contemplamos tras el filtro de cristal o plasma de nuestras televisiones y que son incapaces de explicarnos.

Algunas veces estos daimones traicionan la lengua de importantes personajes como recientemente le ocurrió al obispo Munilla de San Sebastián.


2 comentarios:

Floreal Le Rouge dijo...

El Mitrado del Norte, declaraba días después del terremoto de Haití, que lo sucedido no era grave, lo era más la situación de personas que vivian en pecado. Un iluminado alucinado que opina “Mejor muerto que en pecado” palabras de una autoridad eclesiástica que dejo a sus feligreses perplejos, y a los demás indignados por tales desatinos.
Después de tal desacierto está sorprendido de que el pueblo piensa, lo cual le dejo recordando los tiempos pasados que eran diferentes, como dicen los depresivos nostálgicos, que tiempos señor “con paco esto no pasaba”.

Piensa el clérigo, que la verdad únicamente está en el pensamiento de la Iglesia, gente extraña y desajustada la hay por todas partes…/tanto, tanto…., debería estar en tratamiento de la parte en que se apoya la mitra, en otra profesión estaría de baja profesional. Allá ellos.

guillermoescalonaromero dijo...

Los obispos, los creyentes en general y mas particularmente los que tienen el "don de la fe"tienen un grave conflicto con la razón y si meditamos con la frialdad que requiere el tema (conflictivo donde los haya) de los fundamentalismos, nos encontramos que estos comentarios no están en absoluto carentes de lógica, al contrario.Imaginemos que creo firmemente en un ser creador que me ha puesto en la Tierra para seguir sus preceptos y que si lo consigo obtendré en otra vida la recompensa de volverle a ver (Cielo) y que si no lo consigo (por la razón que sea) seré castigado "in eternum" a no volver a verlo (Infierno).¿Que puede haber mas importante para mi que no "vivir en pecado" (desobedecer sus preceptos)?.Si algún día soy obsequiado con el don de la fe podéis estar seguros que seré un fundamentalista en ese sentido.