17 enero 2010

Pamukkale, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO Desde 1988, Junto con Hierápolis.



Hierápolis. La Ciudad antigua se construyó en una meseta en lo alto del ‘castillo’ blanco, que en total tiene 2700 metros de largo por 160 metros de ancho. Por su gran altura es un perfecto lugar de observación de toda el área. Que ahora está protegida,

Antes de ser declarado Patrimonio de la Humanidad, Pamukkale estuvo muy descuidado durante las últimas décadas del siglo XX, se realizaron construcciones turísticas sin las pertinentes autorizaciones que sepultaron parte de los restos de Hierápolis. Las aguas termales de las fuentes se desviaron para llenar las piscinas de los hoteles y se vertieron aguas residuales al río. Los turistas se paseaban por entre las pozas con calzado que las destruían, y se bañaban en ellas utilizando detergentes, jabón y champú, o transitaban montados en motos todo terreno, destruyendo con ello el medioambiente.

La UNESCO siguiendo un programa establecido logro establecer una forma ordenada de explotación y aprovechamiento que permite disfrutar de la total belleza de este espectáculo excepcional.

Pamukkale es un vocablo turco que significa “Castillo de algodón” es una afortunada área natural que se encuentra en Turquía al sudoeste, en el valle del río Menderes y hoy visitado por turismo amantes de la riqueza paisajista que se aprecia en el entorno de este afortunado paraje. Los movimientos tectónicos que tuvieron lugar en tiempos pasados crearon la depresión de la falla de la cuenca del río que causaron grandes terremotos y ocasionaron la aparición de numerosas fuentes, con alto contenido de minerales, que tiene la propiedad de ser termales y al mismo tiempo crearon el impresionante y singular espectáculo de las aguas de las fuentes de Pamukkale que contienen enormes cantidades de bicarbonatos y calcio, que se depositan en la superficie formando un espectáculo de increíble diseño natural, algunas fuentes se cerraron por causa de los terremotos y otras se abrieron, cada minuto de esas fuentes surgen de cerca de un mi1lon de litros de agua, que contienen 800 kilos de creta que se precipita, junto con las sales calizas y travertino (piedra ornamental en la construcción, tanto de exterior como de interior. Gran parte de los monumentos de la antigua Roma están construidos con travertino). Este fenómeno natural produce gruesas capas blancas que al descender las aguas, se van depositando en forma de numerosas cascadas minerales por la ladera de la montaña, lo que da la sensación de estar ante una catarata de hielo. Estas formaciones adquieren el aspecto de terrazas de mármol en forma de media luna que contienen una capa de agua poco profunda dispuestas la ladera formando escalones, que oscilan de 1 a 6 metros de altura, con estalactitas que sostienen y unen estas terrazas.

Entre las rocas más antiguas se pueden encontrar mármoles cristalinos, cuarcitas que datan del periodo del Plioceno, mientras que la capa superior es de la era Cuaternaria. Los depósitos más recientes de carbonato de calcio le dan al lugar un aspecto blanco brillante especial.

Estas fuentes, fueron conocidas en la antigüedad, y fueron descritas por el arquitecto romano Vitruvio. Los griegos atribuyeron a sus aguas propiedades terapéuticas, otorgadas por los dioses, especialmente bajo la protección de Apolo (dios de la medicina y la curación), Asclepio (semidiós de la medicina) y su hija Hygieia (diosa de la salud, la higiene y la sanación). La actividad volcánica subterránea que causa las fuentes termales también causó que se filtrara dióxido de carbono en una cueva de Hierápolis a la que se llamó de Platón, bautizada con ese nombre porque la gente que entraba allí moría a causa del gas y se pensaba que era Plutón, dios de los infiernos, el que enviaba ese gas.

Florián, nacido en Messidor.

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