El discurso de reconocimiento se ha vuelto familiar para nosotros en dos niveles, primero en la esfera intima, donde comprendemos que la formación de la identidad y del yo tiene lugar en la esfera intima, donde la formación del yo y de la identidad, tiene lugar en un dialogo sostenido y en pugna con otros significantes y luego en la esfera publica, donde la política del reconocimiento igualitario ha llegado a desempeñar un papel cada vez mayor.
El autor vislumbra dos tipos de liberalismo indisolubles, unidos s un sistema político que los ha acogido en su seno: liberalismo con la etiquete política de universalismo y política de la diferencia. Ambos surgidos en el siglo XVIII con los filósofos europeos.
La política del universalismo, tiene su raíz en la radicalización de la política del reconocimiento igualitario con base teórica en los escritos de Rousseau y Kant. Lo cual es indudable a partir de un hecho que debe ser recordado por los partidos políticos democráticos: La dignidad intrínseca que todo ser humano posee por el mero hecho de ser persona. De aquí surge un apolitismo moral y político, que ha llevado a contraer el peligro de establecerse como principio de las diferencias, personales, sociales y culturales, esto de produce al intentar insertar a las personas en un núcleo negando sus identidades, en una masa homogénea que no sea más que un reflejo de una cultura principal, suprema o hegemónica. En este sentido la discriminación se hace evidente hacia ciertos sectores minoritarios.
Desde el segundo tipo de política de la diferencia esta anterior conclusión, seria la recriminación más importante que se hace a esas conclusiones. Desde un discurso que la dignidad intrínseca de las personas, se guía mejor por el camino de la intimidad en busca de una identidad, que lleve a las personas y culturas en general a desarrollarse plenamente en si mismos y actuando auténticamente.
Esto se observa desde cualquier sociedad que se precie, donde las partes diferentes, y por consiguiente las minorías, busquen su lugar dentro de la sociedad
FUENTE CH. TAYLOR. Editado en México 2001.
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