07 noviembre 2010

La persecución de los judíos en el Siglo XIV y la expulsión del Siglo XV en España


“En 1391, llegaron noticias donde estaba reunido el Consejo de los Señores, Caballeros y Procuradores, los judíos de la Corte del Rey; y dijeron que habían llegado cartas de la aljama de Sevilla diciendo que un Arcediano de Écija en la Iglesia de Sevilla predicada contra los judíos y que por eso todo el pueblo estaba contra ellos.

También dijeron que Don Juan Alfonso, Conde de Niebla, y Don Álvar Pérez de Guzmán, Alguacil Mayor de Sevilla, habían hecho azotar a un hombre que atacaba a los judíos; ello provocó que todo el pueblo de Sevilla se alborotara, que tomaran preso al Alguacil y que quisieran matar al dicho Conde y a Don Álvar Pérez; después de ellos, todas las ciudades estaban dispuestas a destruir a los judíos y, por tanto, éstos les pedían que pusieran algún remedio.

Los del Consejo enviaron a Sevilla un Caballero, otro a Córdoba y así enviaron mensajeros a otras ciudades con las cartas del Rey. Después que llegaron estos mensajeros y entregadas las cartas del Consejo en Sevilla, en Córdoba y en otros lugares, el problema se sosegó; pero por poco tiempo, porque las gentes estaban muy soliviantadas, no tenían miedo, y la codicia por robar a los judíos crecía cada día.

A causa de este levantamiento, se perdieron las aljamas de Sevilla, de Córdoba, Burgos, Toledo, Logroño y otras muchas del Reino. En Aragón, las de Barcelona y Valencia, y otras muchas; y los judíos que escaparon quedaron muy pobres y daban muy grandes dádivas a los señores para que les salvaran de tan gran tribulación......”

- LÓPEZ DE AYALA, Crónica del rey D. Enrique III, fragmento reelaborado por FERNÁNDEZ, A, Acervo, Historia, Ed. Vicens Vives, Barcelona, 2003, pág. 73

En la sociedad castellana, se desarrollo un exagerado sentido al honor por el origen de su estirpe, en algunos casos inventados. Los “cristianos viejos” eran aquellos, que en su linaje, no tenían sangre árabe ni judía de “sangre limpia” se denominaban. Los judíos conversos, vivían separados del resto de la sociedad y considerados ciudadanos de segunda clase, los compañeros para matrimonios mixtos, eran escasos y poco codiciados. Si bien algunos de ellos mantuvieron puestos de gran importancia incluso en cargos cercanos a sus majestades, como Luis Santángel, notario del rey Fernando y Fray Hernando de Talavera arzobispo de Granada y confesor de la reina en el tiempo que residió en aquella ciudad. No obstante eran vigilados, se hacían denuncias con fondo claro de prejuicios religiosos y sociales, que les impedía ser aspirantes a cargos públicos.

En el reino de Castilla Aragón habitaban también judíos, que conservaban su religión. El objetivo de los Reyes Católicos, era conseguir una unidad religiosa común y era imposible solucionar este problema, mientras que otros no conversos convivieran en la misma ciudad, en el mismo barrio visitándose unos a otros.

En 1492, tras la conquista de Granada, un edicto real, publicaba la expulsión de los judíos de los reinos de Castilla, Aragón y Granada, si es que antes no se convertían al cristianismo, esto asombró e indigno a los judíos, que habían contribuido con sumas importantes a la conquista de Granada.

Recibieron cuatro meses, para convertirse al cristianismo o abandonar el reino, entre 40.000 a 50.000, decidieron marcharse, muchos de ellos a Portugal, más hasta allí les perseguiría la decisión de los Reyes Católicos, quienes cuando recibieron la solicitud de la mano de su hija Isabel, pera el Rey Manuel I, una de las condiciones es que también los judíos Portugal fueran expulsados.

Los judíos a los que les exigía renunciar a su religión y adoptar una para ellos diferente, rechazaron tal oferta y decidiendo salir del país, para ello vendieron sus casas y posesiones a muy bajo precio, y cuando llegaron a los puertos para embarcar les fue requisado el oro, alhajas y dinero que consigo llevaban. Lo perdieron todo por conservar sus creencias, se dispersaron por las ciudades de Europa y África manteniendo la lengua castellana que hablaban y un intenso odio a los Reyes Católicos.

Comentario:

Los esfuerzos para mantener a las sociedades bajo determinadas creencias nos son definitivas, pueden ser admitidas o simuladas, y realizadas en apariencia para dar una imagen de sometimiento, más en su fuero interno existe una repulsa contenida que cuando es posible se libera, destruyendo las bases de la imposición.

Los Reyes Católicos, que consiguieron un gran imperio con el descubrimiento en el Nuevo Mundo que les proporcionaron inmensas riquezas, fueron gastadas y dilapidadas por ellos y sus sucesores en guerras de religión, llenando Europa de sangre, con muertos y enviados a la hoguera. Una inadecuada forma de captar adictos a una causa de amor.

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