01 marzo 2010

ÁFRICA, ÁFRICA, AHORA POR EL COLTÁN SIEMPRE SUFRIENDO.



Madeleine Albright es una política norteamericana., entre 1993 y 1997, fue embajadora de los Estados Unidos ante las Naciones Unidas, entre 1997 y 2001, la primera secretaria de Estado de los Estados Unidos. Fue quien declaro que la primera guerra mundial africana, lleva varios años abierta.

Juan José Aguirre, es un misionero español, Obispo en la localidad de Bangasou, en la República Centroafricana, vino a Madrid presentado la campaña anual de Manos Unidas, declaro el conflicto africano tiene origen en “Hoy día quien tiene el control del coltán, controla las guerras”.

Recordamos que en la zona de los grandes lagos murieron 5 millones de personas en una guerra genocida entre hutus y tutsis, la guerrilla hutu hace estragos en la zona, hostigando al gobierno ruandés con fines políticos y la que sufre la violencia de esos rebeldes es como siempre la población. Según Aguirre, y todos los informes Ruanda y Uganda están protegidos por Estados Unidos y las compañías norteamericanas explotan las minas de coltán, manganeso, oro y otros minerales que se encuentran en gran cantidad en una franja de 100 kilómetros en las provincias del este de Congo Kinshasa (Irónicamente llamado hoy Republica Democrática del Congo) justo en la frontera con Uganda, Burundi y Ruanda se encuentra el 80 % de las reservas mundiales de coltan que se disputan los imperialistas americanos y chinos. Y negociando las grandes multinacionales: Nokia, Ericsonn, Siemens, Sony, Bayer, Intel, Hitachi, IBM y muchas otras. Se han formado en la zona toda una serie de empresas (muchas de ellas “fantasmas”) asociadas entre los grandes capitales transnacionales, los gobiernos locales y las fuerzas militares (estatales o “guerrilleras”) para la extracción del coltan y de otros minerales como el cobre, el oro y los diamantes industriales.

El coltán es un mineral por el que se pagan mil dólares el kilo. Es un superconductor que tiene una mezcla de minerales. Se extrae el tántalo, colombio y tanzanio que se utiliza en muchos usos como en la fabricación de teléfonos móviles, ordenadores, condensadores electrolíticos, GPS, satélites artificiales, armas teledirigidas, televisores de plasma, videoconsolas, ordenadores portátiles, Idas, MP3, MP4. Cohetes transcontinentales, y espaciales. Este mineral mágico, es fundamental para las industrias de aparatos electrónicos, centrales atómicas y espaciales, misiles balísticos, video juegos, aparatos de diagnóstico médico no invasivos, trenes sin ruedas (magnéticos), fibra óptica,

En fechas recientes el gobierno congolés ha firmado varios tratados con China, para que sea este país asiático quien explote las minas de la zona a cambio de la construcción de las carreteras del país. En la zona hay presencia de soldados de la ONU y también de rebeldes de la RLA (Armada de Resistencia del Señor), grupo fundado por Joseph Kony en 1980 en el norte de Uganda y que ha sido expulsado del Sudán. Estados Unidos-según el obispo español, permite todo esto, porque le posibilitan que sigan explotando las minas de la región y que China no pueda llegar a la zona y se cumplan los acuerdos firmados.

El obispo Aguirre nos recordaba el proverbio africano: “cuando dos elefantes se pelean la que más sufre es la hierba que está bajo sus pies. Los dos elefantes son Estados Unidos y China, y la hierba es la población de África Central”.

En el reparto de concesiones mineras figuran la Barrick Gold Corporation, de Canadá, la American Mineral Fields (en la que Bush padre tenía intereses) y la surafricana Anglo-American Corporation. Se han creado distintas empresas mixtas con este fin, la más importante de las cuáles es la SOMIGL (Sociedad Minera de los Grandes Lagos) que está integrada por tres sociedades: la Africom (belga), la Promeco (ruandesa) y la Cogecom (surafricana). Las fuerzas militares ruandesas ligadas a la SOMIGL han logrado de esta manera evitar el “gasto” de intermediarios, controlan el monopolio del coltan. Sus camiones y helicópteros hacen el traslado interno. Poseen, por supuesto, sus propias compañías de transporte que son propiedad de parientes cercanos a los presidentes de Ruanda y Uganda. Utilizan los aeropuertos de Kigali y Entebe entre otros. En estas verdaderas zonas militares las compañías aéreas privadas (una de las cuales - Sabena - de origen belga, está asociada a American Airlines) ingresan armas y se llevan minerales.

En las minas trabajan diariamente más de 20.000 mineros, bajo un sistema represivo organizado por las fuerzas militares y los poderes locales de los dos bandos en disputa. La fuerza de trabajo aquí utilizada está compuesta fundamentalmente por ex campesinos y ganaderos (luego de que se devaluara la producción agrícola congoleña para la exportación - algodón y otros productos), que se alejan por largos períodos de sus comunidades y familias, refugiados, prisioneros de guerra (sobretodo hutus) a los que se les promete una reducción de la condena, además de miles de niños de la región, cuyos cuerpos pequeños pueden fácilmente adentrarse en las minas a ras de tierra. El reclutamiento de esta mano de obra opera en una doble dimensión, mercantil y coercitiva, en un doble mercado de trabajo. Las zonas mineras y las zonas de operación militar terminan por confundirse. Las poblaciones vecinas reclutadas a trabajar y trasladadas por la fuerza, sirven de cantera de mano de obra para estas empresas capitalistas; hostigadas por grupos armados han abandonado sus residencias o se han convertido en mineros. Estos trabajadores rescatan coltan de sol a sol, y duermen y se alimentan en la selva de elefantes y gorilas autóctonos, mientras las guerrillas comercializan cueros y marfil.

Como es tradicional en África, el racismo, la xenofobia y la ideología discriminatoria en general, son esenciales para el funcionamiento de este doble mercado de trabajo (asalariado y forzado - no libre). El capital imperialista que desde siempre contó con el poder local, sostenido “consensuado” en la producción de mano de obra barata, encuentra a través de los mecanismos descriptos, de neocolonización. El trabajo forzado fue abolido por ley. Más continua existiendo. Salongo lo llaman en el Congo actual. La explotación de las minas africanas, desde el mismo Pentágono la consideran estratégicas, son fundamentales para la reproducción del capital imperialista globalmente considerado.

La ONU propone un embargo provisorio de la mercadería. Mientras tanto las ONGs y los ecologistas denuncian ¡la extinción de los monos! En lo que constituye un sentimiento humanista maravilloso, titulan: “Los teléfonos celulares agravan la situación de los gorilas del Congo”. Y quieren que las mismas empresas que acumulan su capital aquí a sangre y fuego ¡inviertan en proyectos de ayuda para el tercer mundo!

Sobre la tumba de los 2000 niños y campesinos africanos que mueren por día en el Congo, podemos, distraídos, seguir usando nuestros celulares.


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1 comentario:

Florián Yubero dijo...

Es una excelente creación las de tus alumnos, felicitales de mi parte.

Sabias que en la Unión hubo tambien explotacion infantil en la mineria?. de esto no hace muchos años, quizás 50.

Saludos. Floriá,